Historia social, política y económica de América Latina.

El teatro político brasileño se encuentra con los venezolanos

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«¡Provocaba ser parte!», exclama Carmen Navas, emocionada, a la salida del Teatro Nacional de Caracas donde, gracias a los amigos cubanos y al Festival Internacional de Teatro Progressista de Venezuela, la Companhia do Latão presenta «O pão e a pedra». En la nación bolivariana -donde al teatro y al cine aún les cuesta representar la revolución – Sergio De Carvalho (1) trae la bomba del teatro épico con sus personajes sutiles, contradictorios y, por tanto, transformables. La obra estudia el momento político en que los trabajadores del sector metalúrgico -en su mayoría nordestinos reclutados por las multinacionales- organizaron la huelga de 1979. De Carvalho escribe y muestra esta historia popular desde el punto de vista de los trabajadores: la asamblea de 70.000 obreros, la represión policial, las luchas entre viejo y nuevo sindicalismo (con la voz en off del joven Lula como negociador), la izquierda estudiantil, las iglesias progresistas capaces de organizar el mundo del trabajo. Tres horas apasionantes en las que las canciones, el coro comentando la acción, la rotación del escenario, la metamorfosis del obrero João en la obrera Joana, los apartes y las citas revolucionarias nos ayudan a reflexionar sobre los «diferentes cursos posibles del río» (Brecht). Un teatro de la «risa inteligente», un aprendizaje colectivo donde cada «trozo de vida» sigue vinculado a la historia. Sergio: «El teatro pertenece al pueblo y creo que la fuerza de una acción dialéctica radica en su capacidad de ser viva y movilizadora». Las manos que buscan a tientas una salida al «sueño americano» de la dictadura, las manos dóciles, impertinentes, desconfiadas y rebeldes, las manos que se sumergen en la carrocería de la cadena de montaje, la mano de la madre solitaria que lleva a su hijo a casa, la mano herida del nuevo empleado o la mano que lava la ropa de trabajo, la mano que hojea Playboy o enciende el televisor por fin comprado, las tímidas manos de la pareja de novios encaramada en la gran rueda de feria para intentar ver el mundo: todas estas manos son también «nuestras manos, en otra parte».

Fotos: reencuentro en Caracas con nuestro amigo Sérgio de Carvalho y su tropa de la Companhia do Latão, amigxs venezolanxs y Simone Magalhaes de la Brigada internacionalista del MST.

«Como constructora, representé a mujeres que habían sido víctimas de la violencia, junto con mis amigas, porque algunas de ellas guardan silencio, mientras que otras tienen la fuerza para superarlo». «Este taller lo cambió todo para mí, entendí cómo pasar del nivel individual al proceso social» dicen Claudia y Yusgleidys, miembras de un colectivo de autoconstructoras, una de las muchas organizaciones de base de la revolución bolivariana. Julián Boal (2), invitado por el festival venezolano para impartir un taller sobre el Teatro del Oprimido, les habla de la importancia de «romper la barrera entre los que pueden hablar desde un escenario y los y las que sólo tienen derecho a escuchar». Poco practicado en Venezuela, el Teatro del Oprimido es una herramienta ideal para su democracia participativa.»El buen teatro político es siempre interesante en su forma artística. Ofrece la posibilidad de criticar a los poderes y reconfigurarlos. Su función es utilizar las técnicas teatrales más críticas posibles para ayudar a organizar el poder popular», explica Julian.

Fotos: taller de Julian Boal en Caracas, 10 al 12 de junio 2023

Esta fecunda y necesaria relación entre el teatro político brasileño y una revolución en busca de imágenes no se detiene ahí. En marzo de 2023, las autoconstructoras participaron en un taller impartido por Douglas Estevam (3), del Colectivo de Cultura del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra. Douglas les propuso usar sus propias herramientas y materiales para crear imágenes, música y personajes. Como Ursulina, que tardó mucho en abrir la caja de herramientas del esposo difunto y un día recogió su tenaza para incorporarse a la obra. O Claudia, la vendedora ambulante, que prefería seguir vendiendo sus collares en la calle hasta que Ursulina la convenció para que se uniera a los constructoras. O Maira, la estilista, que vino con su estuche: «Mis manos ya no sirven sólo para lucir la belleza de la mujer venezolana, sino también para ayudarla a construir su casa». O Miguel, el soldado, cuya mujer le reclama que la abandone – «Seguro tienes una amante en la obra»- y que interroga al coro de mujeres. «Que venga a trabajar con nosotras!», le contestan.

«De vendedora ambulante a constructora y ahora actriz, sí, he cambiado mucho», explica Claudia al final del taller. E Ircedia insiste: «Nunca dejaremos de formarnos». Una invitación que ya han aceptado Sergio de Carvalho, Douglas Estevam y Julian Boal, con el apoyo del Movimiento de los Sin Tierra y de nuestra Escuela de Comunicación para los Movimientos Sociales Hugo Chávez. Julian propone alternar formación, práctica, reflexión y seguimiento entre varios periodos formativos. Y empezar a trabajar por ejemplo con un dúo de payasos políticos nacidos de los movimientos de ocupación, luego construir pequeñas formas en torno al teatro del oprimido, antes de pasar a formas más elaboradas de teatro épico.

Fotos: taller de Douglas Estevam con las autoconstructoras de INFREHAVIANT, Antimano, Venezuela, marzo 2023.

Thierry Deronne
Caracas, 10 de julio de 2023

Notas:

(1) Sérgio de Carvalho es dramaturgo, director, periodista e investigador teatral. Fundador de la Companhia do Latão, compañía de teatro con sede en São Paulo. Enseña dramaturgia y crítica en la Universidad de São Paulo. Desde 2018, director del Teatro da Universidade de São Paulo. Posee un máster en artes y un doctorado en literatura brasileña por la USP. Editor de las revistas culturales Vintém y Traulito. Ha dado conferencias sobre dramaturgia en Portugal, México, Argentina, Cuba, Grecia y Alemania. Entre sus obras y/o puestas en escena destacan: O Nome do Sujeito (1998), O Círculo de Giz Caucasiano (2006), O pão e a pedra (2016), Lugar nenhum (2018), O mundo está cheio de nós (2019) y Ópera dos Vivos (2010). Entre sus libros destacan Companhia do Latão 7 peças (Cosac Naify, 2008), Atuação crítica (Expressão Popular, 2009), Introdução ao teatro dialético (Expressão Popular, 2009).

(2) Julian Boal. Actor, director y pedagogo teatral brasileño; miembro fundador de Ambata, GTO-París (Groupe de Théâtre de l’Opprimé – París) y Féminisme Enjeux; ha impartido talleres en más de 20 países y colaborado en numerosos festivales de Teatro del Oprimido en todo el mundo, en la India con Jana Sanskriti, en Europa con Pa’tothom, en Sudamérica con el CTO de Río de Janeiro. Autor de Imagens de um Teatro Popular, Hucitec, 2000, coeditor de Theatre of the Oppressed in Actions (Routledge, 2015) y más recientemente autor de «Theatre of the Oppressed and its Times«, Routledge, julio de 2023. Julian es hijo del fundador del Teatro del Oprimido, Augusto Boal.

(3) Douglas Estevam. Director teatral y pedagogo brasileño.Licenciado en Historia por la Universidade Federal Fronteira Sul.Licenciado en Economía Política (ENFF).Máster en Filosofía (USP). Coordinador de la Brigada Nacional de Teatro del Movimiento de los Sin Tierra (MST). Miembro del Colectivo Nacional de Cultura del MST. Participó en los procesos de formación de Augusto Boal. Coordinador del libro Agitprop: Cultura Política, Lunatchárski: Revolução, Arte e Cultura e Teatro e Transformação Social. Miembro de la Coordinación Político-Pedagógica de la Escuela Nacional de Movimientos Sociales Florestan Fernandes (ENFF, Brasil).

URL de este articulo : https://escuelapopularcineytv.wordpress.com/2023/07/10/el-teatro-politico-brasileno-se-encuentra-con-los-venezolanos/

Antígona en la Amazonia de Brasil, contra la monstruosidad del hombre

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Por Douglas Estevam / Colectivo Cultura del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil

Escenificación de la Marcha Interrumpida en la Masacre de Eldorado do Carajás, para la obra Antígona en Amazonia. Foto: Nelson Almeida / AFP

«Muchos son los monstruos, pero nada más monstruoso que el hombre». Esta es una de las frases más conocidas de la tragedia clásica griega Antígona, de Sófocles. La formulación del clásico de la cultura europea se confronta a la realidad brasileña en la versión de Antígona en Amazonia, una producción del MST y del NTGent, grupo de teatro dirigido por el suizo Milo Rau.

En la versión producida en una de las regiones de mayor conflicto agrario y devastación ambiental de la Amazonia, el sudeste de Pará, el texto gana en actualidad. «Nada es más monstruoso que el hombre, que tala los bosques con máquinas, energía y fuego en la búsqueda codiciosa de oro y mineral, que captura la energía de los ríos en represas, que obliga a los hijos de los bosques a olvidar su patria, que llama propiedad privada a los lugares donde vivieron sus antepasados». Estas son algunas de las monstruosidades de los hombres que se anuncian ya en el prólogo de la versión amazónica de la tragedia y que son coreadas por el coro compuesto por militantes del MST.

Con esta nueva obra, Milo Rau se posiciona contra la destrucción planetaria, medioambiental y humana provocada por el modelo de producción capitalista. Relaciona el nacimiento del capitalismo moderno con la colonización europea del continente latinoamericano.

Según Rau, aún hoy, la relación entre Europa y América Latina sigue siendo prácticamente la misma. Se pregunta «¿cómo podemos cambiar la situación de la propiedad que se creó con el capitalismo moderno, que nació hace seis siglos con la colonización? ¿Cómo podemos democratizar el acceso a la tierra y cómo podemos llegar a una conciencia económica y política que esté por encima de la idea de propiedad y explotación?».

Para el director, estamos en un momento de cambio en el que debemos retomar la idea original de economía, en el sentido de hogar, en una concepción de relación entre el ser humano y la naturaleza. Defiende la creación de «otra estrategia de desarrollo humano en oposición a la estrategia del capital, creada por los pueblos de África y América Latina, pero también con EE.UU. y Europa, el desarrollo de otra estrategia de colaboración a nivel planetario».

Laurindo Ferreira da Costa, 63 años, de Maranhão, originario de comunidades quilombolas, militante del MST y uno de los sobrevivientes de la Masacre de Eldorado do Carajás que actúa en la pieza, dice que su motivación fundamental para participar en el proceso fue porque cree «que esto puede venir a contribuir con la Amazonia. Nuestro Movimiento tiene la bandera de una Amazonia viva, y por eso tenemos el proyecto de plantar 100 millones de árboles en 10 años, y en segundo lugar, porque esto va a contar nuestra historia, y eso es lo que defendemos, que nuestra historia de Eldorado do Carajás y muchas otras no se convierta en cenizas, que no se borre nuestra memoria».

Laurindo, superviviente de la masacre de Eldorado do Carajás. Foto: Moritz von Dungern

Maria Raimunda, de la Coordinación Nacional del Colectivo de Cultura del MST, afirma que la obra tiene un significado importante como nueva forma de denuncia y fortalecimiento de la memoria. «Denunciamos muchas masacres, el asesinato de líderes, pueblos indígenas, quilombolas y pueblos tradicionales. La denuncia de todas y cada una de las formas de violencia contra los seres humanos y contra la naturaleza en nuestra región amazónica, vinculada al proyecto de construcción de alternativas, pasa también por el arte y la cultura. El arte y la cultura son dimensiones estructurales de nuestro proyecto de sociedad, lucha y organización», destaca.

La voz colectiva de un teatro político

La concepción escénica de la obra tiene como centralidad el carácter colectivo, el coro, la voz colectiva. Uno de los momentos más intensos del proceso de creación y rodaje fue la recreación de la masacre de Eldorado do Carajás, uno de los temas principales de la obra. La escena se elaboró en varios días de ensayos, construyéndose la reconstitución de los hechos con los propios supervivientes. Esta misma escena se convirtió también en la mística del acto que tuvo lugar en la Curva do S, lugar de la masacre, el 17 de abril.

Más de 500 personas que participaron en el acto acompañaron la escena. Muchos sobrevivientes, también presentes ese día, participaron en el coro final, coreando «qué bendición, decir una última oración, despedirse a su manera, cada grano de tierra en el cuerpo es luz».

Para el director del montaje, el proceso fue muy simbólico: «por primera vez me quedó claro un tema, el nacimiento del teatro antiguo, con un carácter colectivo, con una voz colectiva, que es el coro. En Europa hemos olvidado la conciencia del coro. Nunca había entendido el coro en el teatro europeo. Estudiábamos cómo hablar con ritmo, pero nos preguntábamos por qué. Yo sólo veía individuos en estos coros. Aquí fue la primera vez que entendí que era lógico que el coro, el personaje colectivo fuera el protagonista porque hay un movimiento colectivo, que se reúne, que se organiza en una idea, una utopía política y económica que se encuentra en la idea del coro».

Señalando los límites del teatro guiado por la lógica mercantil, afirma que «aquí creo que el uso del arte es mucho más político de lo que suele ocurrir en los círculos artísticos. Y es una fuerza que se basa en la idea de que queremos estimular la comprensión de algo, que queremos desarrollarnos, y esto lo encontramos en este movimiento, en el MST».

El proyecto contó con militantes que llegaron de diversas partes de Brasil. La joven militante del MST de Santa Catarina, Tisiane Kilian, es un ejemplo. «Tuve que superar ciertos prejuicios que tenía contra la tragedia, contra esta forma clásica de arte. Fue un reto eliminar estos prejuicios. Hoy lo veo como una forma de mantener viva nuestra memoria, de rescatar historias, de provocar situaciones problematizadoras, y esto se debe principalmente a la acción de los militantes del MST», reflexiona Tisiane.

Tisiane Kilian, militante del MST en Santa Catarina y participante del coro de Antígona en Amazonia. Foto: Moritz von Dungern

«Recuerdo nuestras lecturas del texto, nuestras problematizaciones sobre pasajes romantizados, la construcción colectiva. Así que Antígona es un proceso que adquiere una nueva forma y una profundidad estética a partir de la relación con los militantes del MST; se transforma, adquiere un nuevo significado. Para mí, en varios niveles, creo que supera una forma de tragedia clásica que a veces parece elitista, construida y accesible sólo a determinados públicos. En Pará, es interpretada por los Sin Tierra, por los indígenas, por los militantes, por el pueblo, y eso ayuda a superar prejuicios y paradigmas. Esta transformación ocurre porque el MST no es pasivo en este proceso, es activo, transformador y construye Antígona en la Amazonia», comentó la joven.

La obra se estrena el 13 de mayo en el teatro NTGent de Bélgica. Es una fecha de importante simbolismo en Brasil porque marca el «fin», en términos legales y formales, de la esclavitud. Los numerosos casos de trabajadores encontrados en situaciones análogas a la esclavitud que se han hecho públicos recientemente demuestran que aún prevalece la estructura colonial y eslavocrática que conforma nuestra sociedad.

La pieza también irá acompañada de una campaña de denuncia de la actuación de las empresas transnacionales que controlan la producción agrícola en el mundo, por la defensa de la selva amazónica y presentando las soluciones que representa la agricultura campesina basada en la agroecología. Con la obra se promocionarán los productos agroecológicos de las cooperativas del MST. Antígona en la Amazonia será un importante foro de debate para cuestiones centrales de nuestra sociedad y para afirmar que la lucha por la tierra sigue siendo una agenda social, política y ambiental extremadamente relevante.

*Editado por Gustavo Marinho

Traduccion al castellano: T. Deronne

URL de este articulo : https://mst.org.br/2023/04/23/antigona-na-amazonia-contra-a-mosntruosidade-do-homem/

La praxis teatral del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, por Douglas Estevam

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Una de las experiencias que quizá haya explorado más profundamente la relación orgánica entre teatro, organización social y lucha de clases en Brasil es la representada por la Brigada Nacional de Teatro Patativa do Assaré, del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Son decenas los grupos que se han organizado en todo el país durante dos décadas de acción teatral, llevada a cabo por un movimiento campesino presente en casi todo el país. El trabajo es fruto de un proceso de formación que implicó a cientos de campesinos, contó con la colaboración de artistas profesionales de Brasil y del extranjero y dio lugar a la producción de decenas de obras de teatro, películas y canciones, entre otras muchas formas de intervención estética.
La praxis teatral del MST está estrechamente relacionada con los procesos de organización y con las formulaciones del proyecto de sociedad elaboradas por el movimiento a lo largo de sus años de existencia. Una práctica en la que la lucha social, la organización popular, la investigación estética, la formación y la política cultural están íntimamente ligadas, complementándose e influyéndose mutuamente en la actuación de lo que se considera uno de los mayores movimientos sociales de América Latina.

El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra

El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) se gestó en 1979, durante la dictadura militar brasileña (1964-1985), y se fundó formalmente en 1984. Desde entonces, las ocupaciones de tierras organizadas por el MST, que reúnen a cientos y a veces incluso a miles de familias, se han extendido por prácticamente todo el país y hoy en día cerca de 300 mil familias que accedieron a la tierra a través de estas ocupaciones y decenas de miles más que aún viven en campamentos constituyen la base social del Movimiento.

La aparición y formación del MST se inscribe en el contexto histórico de finales de la década de 1970, que vio nacer nuevas fuerzas sociales y movimientos populares en Brasil. Entre los movimientos más importantes de ese período se encuentran los diversos sindicatos que buscaban autonomía del control del Estado dictatorial y formaron la Central Única de los Trabajadores (CUT); la amplia y variada red de Comunidades Eclesiales de Base, vinculadas a la Iglesia progresista en la Teología de la Liberación; las nuevas organizaciones indígenas, también fortalecidas por la acción de la Iglesia; y, resultado de la convergencia de todas esas experiencias sociales y organizativas, el Partido de los Trabajadores (PT). La inventiva política de aquellos años marcó el nacimiento del MST, una organización campesina que se enfrenta a una de las cuestiones estructurales en la formación de la sociedad brasileña: la concentración de la tierra y la gran masa de personas históricamente excluidas del acceso a la tierra, siendo los primeros los pueblos indígenas y los millones de esclavos traídos de África. El origen de las abismales desigualdades sociales que aún hoy persisten en el país, así como la cultura autoritaria y violenta que caracteriza su política y su sociabilidad, encuentran su origen en la formación colonial y esclavista de Brasil. La concentración de la tierra era el pilar de esta economía y aún hoy determina en gran medida el lugar que ocupa el país en la economía internacional.

Una invención organizativa

Para comprender mejor, en su amplitud y complejidad, el significado y el alcance de la acción teatral desarrollada por el MST, debemos tener en cuenta la innovación y los fundamentos de su concepción de la organización social. Antes de pasar a la presentación y análisis de las prácticas teatrales del MST, destacaremos brevemente algunos elementos de esta concepción de organización que nos ayudarán a comprender mejor el significado de la práctica teatral y de la acción cultural del movimiento.
El MST basa su proyecto de reforma agraria y de la sociedad en el acceso a la tierra, la eliminación de las injusticias sociales y la superación del modo de producción capitalista, con referencia a la amplia y diversa tradición del socialismo. Uno de los elementos básicos del programa organizativo elaborado para alcanzar estos objetivos es la formación plena e integral, omnilateral, del ser humano. El proceso de organización y autoorganización de los trabajadores es el primer momento de la aplicación del proyecto del MST. Ya se aplica en las ocupaciones, cuando se organizan en núcleos de base, células organizativas en las que todos deben participar y desde las que se toman las decisiones colectivamente. A partir de esta estructura organizativa de base, el proceso de coordinación política se amplía para incluir la coordinación estatal y nacional. El resultado de este proceso de movilización es también la organización de sectores, como la producción, la educación, la comunicación, la formación política, el género y la cultura, en los que también debe participar todo el mundo. Esta estructura organizativa pretende facilitar el mayor acceso y participación posibles en la toma de decisiones y el desarrollo de proyectos políticos.

En la definición del MST, el proceso organizativo es el principal medio de formación humana, de desarrollo de formas de conciencia social y de transformación subjetiva. Al analizar y sistematizar las experiencias de años de construcción y experimentación, el MST formuló una pedagogía del Movimiento Sin Tierra, compuesta por matrices que forman al ser humano. Se desarrolló la noción de que el principal medio de formación de los miembros del Movimiento era el propio movimiento, a través de la lucha y la organización. La dimensión pedagógica del Movimiento se basa en «matrices formativas», cuyas principales son la lucha, la organización, la historia, la tierra y la cultura. La cultura aparece desde las primeras formulaciones como un elemento estructural de un proyecto de sociedad y de organización política, no como una mera cuestión temática, sino como uno de los fundamentos de la propia concepción de la organización y de la formación humana, así como de la comprensión de que la cultura está ligada a los procesos de lucha de clases.

Precedentes de la acción teatral del MST

Una de las experiencias culturales, políticas y estéticas más originales del MST es la mística. Originada en una amplia tradición latinoamericana, desarrollada por la Teología de la Liberación y por las comunidades eclesiales de base, la mística ha adquirido un carácter secular en el MST. Difícil de definir, la mística es un intento de proporcionar una experiencia sensible vinculada al proyecto de sociedad propuesto por el Movimiento. Una de sus formas de materialización son las intervenciones estéticas, una especie de performance o teatralidad, realizadas y organizadas por los propios miembros del Movimiento en diversas situaciones. Estas intervenciones estéticas se realizan, por ejemplo, en la apertura de reuniones, encuentros, congresos, inicio de actividades escolares y formativas, marchas, y también en ocupaciones y asentamientos. Entre sus elementos formales más variados, podemos citar las canciones, la puesta en escena, la escenografía, el vestuario, los poemas, las dramatizaciones, los coros, las proyecciones, etc. La mística pretende proporcionar una experiencia sensible y subjetiva del proyecto de sociedad, de la historia y de una perspectiva de futuro, creando un campo de acción y experiencia más allá de las prácticas discursivas o exclusivamente conceptuales.

Formación de la Brigada Nacional de Teatro Patativa do Assaré

La experiencia teatral desarrollada por el MST tiene como momento decisivo la formación de la Brigada Nacional de Teatro Patativa do Assaré, creada en 2001 y que ahora cumple veinte años. La Brigada se constituyó durante la segunda etapa de formación con Augusto Boal y los miembros del Centro del Teatro del Oprimido (CTO) – RJ. Decenas de militantes del MST de diferentes sectores, como la educación, la formación política y la cultura, participaron en el trabajo y tuvieron la tarea de crear grupos en los diferentes estados de los que procedían y trabajaban. Así comenzó la multiplicación de grupos de teatro por todo el país.
Aunque representa un hito decisivo, las experiencias teatrales del MST y su relación con Boal no comenzaron con la consolidación de la Brigada Nacional de Teatro. Además de los vínculos con la propia mística, como vimos anteriormente, otro ejemplo significativo fue la experiencia que tuvo lugar una década antes, en Río de Janeiro, cuando en 1990 se creó el grupo de Teatro Campesino en el asentamiento Sol da Manhã. Augusto Boal acababa de regresar del exilio y comenzaba sus experimentos de Teatro Legislativo, una de las formas del Teatro del Oprimido que desarrolló tras su regreso al país. Boal estableció contacto con este grupo, que pronto pasó a formar parte de los colectivos que trabajaban en torno al mandato de Boal como concejal en Río de Janeiro. La experiencia duró unos ocho años.

La Brigada Nacional se estructuró a partir del proceso continuo de trabajo con Augusto Boal, representando un salto cualitativo en producción, organización y formación en relación a todas las experiencias teatrales anteriores del Movimiento. Fueron cinco etapas en las que se trabajaron algunas técnicas del Teatro del Oprimido, entre ellas el Teatro Foro (el más practicado), el Teatro Diario, el Arco Iris del Deseo y, en el último encuentro celebrado en 2005, la creación de un Teatro Procesión, en el que participaron unos 270 militantes del MST. Las técnicas del Teatro del Oprimido se transmitieron a campamentos, asentamientos y escuelas, y a raíz de este trabajo se formaron diversos grupos. En cada nueva etapa se evaluaron los procesos desarrollados, la producción de los grupos organizados, los límites y las nuevas demandas. La organización de la Brigada facilitó el diálogo entre los grupos, el intercambio de experiencias y producciones, las acciones conjuntas, el seguimiento de los trabajos y la formación complementaria.
Las producciones, especialmente las que utilizaban técnicas de Teatro Fórum, permitieron abordar temas a los que no se había dado el espacio debido en otras instancias del MST. Así, principalmente temas como el racismo y el género podían debatirse ampliamente a través de medios teatrales. Los procesos de imagen-teatro comenzaron a ser utilizados en las escuelas como medio de evaluación del proceso educativo, de los profesores y de las coordinaciones escolares, proporcionando otras formas de diálogo sobre el acompañamiento pedagógico. En los campamentos y asentamientos, los temas relacionados con el poder, el personalismo u otros límites organizativos y políticos también fueron objeto de foros.

Dramaturgia e intervenciones

En el campo de la dramaturgia, encontramos obras producidas por los propios campesinos, que tratan los temas de su coyuntura política y los problemas de la vida cotidiana, el trabajo, las cuestiones de género, el racismo, entre otros. El tema de la economía internacional, basado en las negociaciones de libre comercio que definían el debate político en aquellos primeros años de relación entre Augusto Boal y el MST, apareció en varias obras. Boal siguió de cerca las obras producidas y contribuyó a la revisión dramatúrgica, así como a los procesos de puesta en escena, dedicando especial atención a la construcción del atrezzo, el vestuario y la escenografía. Se recuperaron algunas obras de Boal, como Não tem imperialismo no Brasil, adaptada por el MST con el nombre de Paga Zé.

También se hicieron adaptaciones de dramaturgos brasileños y extranjeros. En Rio Grande do Sul, en asentamientos realizados en tierras donde, en el siglo XVIII, tuvieron lugar las guerras guaraníes, protagonizadas por indios guaraníes liderados por Sepé Tiaraju contra la dominación española, el texto Morte aos brancos (Muerte a los blancos), de Cesar Vieira, histórico dramaturgo brasileño con más de cincuenta años de experiencia, fue adaptado por el grupo Peça pro Povo (Juego para el pueblo). La obra contó con la colaboración de un importante grupo brasileño de teatro de calle, Ói Nóis aqui Traveiz. El lenguaje estético de las escenas callejeras, la musicalidad, la construcción del vestuario y el atrezzo, caracterizaron la adaptación que hizo el grupo.

El grupo de SP Filhos da Mãe… Terra adaptó la obra Por esos santos latifundios, del dramaturgo colombiano Guilherme Maldonado Pérez, sobre las luchas por la tierra libradas por indígenas y campesinos en Colombia. Esta obra, probablemente presentada por primera vez en Brasil por el MST, fue premiada por la Casa de las Américas de Cuba en 1975, en el concurso de dramaturgia latinoamericana promovido por el centro cultural cubano de referencia continental. La obra fue presentada por el grupo en el Teatro de Arena, el histórico local donde Boal había iniciado sus actividades en los años cincuenta.

Además del Teatro Foro, el MST desarrolló otras formas de Teatro del Oprimido. Las técnicas del teatro invisible se utilizaron de forma amplia y diversa, con representaciones en autobuses, trenes, bancos e incluso en los propios espacios del MST, como cursos o reuniones. El teatro invisible se utilizó durante un encuentro con parlamentarios en la Cámara Legislativa del Distrito Federal para debatir cuestiones relacionadas con la reforma agraria. La intervención influyó en los temas de los debates posteriores. También se realizaron intervenciones en reuniones de asociaciones de agronegocios, como la Conferencia RJ+20, celebrada por la UNESCO en Río de Janeiro. El trabajo con el teatro de periódicos también fue utilizado en varias ocasiones y por distintos grupos.

La mayor experiencia teatral del MST fue concebida junto con Augusto Boal en el último encuentro de formación celebrado en 2005. Se trata de una intervención de teatro procesional con la participación de 270 militantes del MST de todo Brasil. La obra se representó a la llegada de la Marcha Nacional del MST a Brasilia, que tuvo lugar ese mismo año, marcha que reunió a 12 mil miembros del MST. Además de la obra teatral Procissão (Procesión), decenas de otras obras que formaban parte del repertorio de la Brigada fueron representadas por los grupos durante los veintiún días que duró la marcha. Tras marchar por la mañana, una media de quince kilómetros, los manifestantes participaban en procesos de estudio y formación por la tarde. Las obras de teatro formaban parte de estos procesos de formación. Lo mismo ocurrió durante el Congreso del MST de 2007, que reunió a 17.000 personas y durante el cual se representaron varias obras de teatro.

Los encuentros de formación con el CTO y Augusto Boal se combinaron con el estudio de otras referencias teatrales, principalmente la historia del teatro político y la teoría de los géneros literarios. La profesora Iná Camargo Costa, de la Universidad de São Paulo – USP, principal investigadora sobre el tema en Brasil, fue una asesora continua en este proceso. Recuperando la tradición del teatro político brasileño, cuyas relaciones establecidas entre artistas y fuerzas sociales progresistas dieron lugar a uno de los mejores momentos de experimentalismo formal e invención estética, el MST tomó como una de sus referencias paradigmáticas las experiencias de los Centros Populares de Cultura (CPC) y del Movimiento de Cultura Popular (MCP), contando este último con la participación de Paulo Freire.

El propio Augusto Boal había desarrollado una importante labor con los innumerables CPC repartidos por todo el país y con el PCM, hasta el golpe militar de 1964, cuando estas organizaciones culturales fueron exterminadas por el ejército debido a sus fuertes vínculos con los movimientos obrero y estudiantil. Las Ligas Campesinas, importante organización campesina de la época, en la que se inspira el MST, establecieron una importante colaboración con los CPC, el PCM y Boal. El trabajo desarrollado entre el MST y Augusto Boal tuvo también esa dimensión simbólica de retomar una experiencia modélica iniciada en los años sesenta e interrumpida por la dictadura militar. Boal siempre mencionaba la importancia de esta experiencia histórica en sus encuentros con el MST.

Una de las obras más simbólicas de este renacimiento fue la puesta en escena por el MST de la obra Mutirão em Novo Sol, de Nelson Xavier y Augusto Boal, escrita en 1961 y presentada ese mismo año en el primer congreso nacional campesino de Minas Gerais. El texto desapareció durante unos cincuenta años. El MST consiguió recuperar el texto, publicarlo y produjo una puesta en escena presentada en el Encuentro Unido de Trabajadores, Trabajadoras y Pueblos del Campo, Aguas y Bosques, celebrado en 2012, en una presentación ante 5.000 personas. Este texto también se trabajó en varias escuelas del MST, tuvo una versión radiofónica y un documental.

Investigación formal

La necesidad de profundizar en el estudio de las cuestiones formales surgió de la propia práctica con las diversas formas de intervención llevadas a cabo por los miembros del movimiento. Al inicio de Brigada, los militantes implicados en la creación de las intervenciones señalaron dificultades con un cierto referencial formal hasta entonces constituido, principalmente en torno a algunas técnicas de Teatro Foro. Un amplio proceso de estudios e investigaciones sobre las estructuras dramatúrgicas y las experiencias formales realizadas en la tradición del teatro político, el análisis de las concepciones del teatro épico, la comprensión de la dimensión histórica y social de la forma, el análisis crítico de las implicaciones de la forma dramática y el alcance e impacto de la industria cultural, temas que constituyeron un conjunto de fundamentos teóricos que proporcionaron una profundización de las prácticas teatrales en su multiplicidad.

Cabe destacar que los análisis de la estética, las dimensiones sociales e ideológicas de las formas artísticas y la dialéctica entre forma y proceso social pasaron a formar parte del programa de estudios del sector cultural del MST en su conjunto. Así, tanto en las artes plásticas como en la música y la literatura, y también en la producción audiovisual del MST, la investigación se llevó a cabo con la misma orientación, y la convergencia y el trabajo conjunto entre los diferentes frentes artísticos que componen el sector cultural del MST proporcionaron una acumulación colectiva. Los debates sobre estética se extendieron por todo el MST y empezaron a abarcar no sólo las experiencias artísticas, sino también otras dimensiones formales de la acción directa, los procesos organizativos y de formación, las actividades educativas en las escuelas, etc.
La presencia de la teoría y la obra de Brecht en el movimiento también contribuyó a la formación de las concepciones estéticas y culturales del MST. Las obras de Hanns Eisler, compañero musical de Brecht, también influyeron en el MST y sus músicos. Algunos grupos han adaptado, puesto en escena y trabajado con el material del dramaturgo alemán. En São Paulo, hubo una adaptación de Horacios y Curiacios y en Brasilia una adaptación de The Caucasian Chalk Circle. La Companhia do Latão, uno de los principales grupos de teatro de Brasil, hizo una puesta en escena de The Caucasian Chalk Circle cuyo prólogo se grabó con el grupo de teatro del asentamiento Carlos Lamarca de São Paulo.
Las obras didácticas de Brecht proporcionaron un productivo modelo de trabajo. La propuesta de experimentos de formación con los propios participantes a través del teatro fue ampliamente ejercida. La obra A Santa Joana dos Matadouros se representó varias veces utilizando los métodos pedagógicos de Brecht en cursos de economía política. En una ocasión, este experimento se realizó en un curso con representantes de varios países latinoamericanos. La obra La decisión se trabajó en diferentes momentos con los miembros de un curso básico de seis meses de duración, en el que se abordaban las contradicciones internas de la militancia. Otras experiencias se hicieron con El que dice sí y también con la obra La panadería.

Retos históricos

Los acontecimientos políticos más recientes en Brasil han afectado profundamente al campo de acción de los movimientos sociales y también han tenido repercusiones en su producción cultural. Las movilizaciones de extrema derecha iniciadas en 2013 y seguidas de procesos judiciales y parlamentarios desembocaron en la destitución de la presidenta Dilma y el posterior encarcelamiento de Lula. Los temas sobre las guerras culturales y el marxismo cultural, la amenaza de una nueva intervención militar, la presencia de sectores de extrema derecha en las calles, algunos con orientaciones neofascistas, cobraron relevancia en el debate político y reconfiguraron la historia política y cultural que se había constituido desde la década de 1980 con el fin de la dictadura.

En este contexto histórico, el MST amplió su acción teatral de intervenciones de agitprop y formación en el ámbito de la cultura y el debate estético. Los experimentos e investigaciones sobre formas de agitación y propaganda que se venían desarrollando desde los primeros años de la Brigada cobraron mayor fuerza e importancia. Además de las investigaciones sobre las tradiciones brasileñas, las investigaciones sobre las tradiciones agitprop alemanas, soviéticas, francesas, americanas, entre otras, desarrolladas entre los años veinte y treinta del siglo pasado, constituyeron un importante conjunto de referencias del vínculo entre vanguardias artísticas y movimientos sociales.
Desde 2013 se han creado decenas de brigadas de agitprop, en procesos de formación en los que han participado cientos de personas que han tomado parte en las distintas manifestaciones que han tenido lugar en el país durante este último periodo. El MST ha podido profundizar su trabajo conjunto con organizaciones urbanas, sindicatos y movimientos estudiantiles, principalmente la Juventud Popular Levante. La experiencia del MST en el ámbito teatral y cultural se ha convertido en una referencia para otras organizaciones populares.

En el mismo periodo, también se produjo un importante desarrollo de las Escuelas de Teatro Político y Vídeo Popular, en las que el MST participa como uno de los organizadores. Estas escuelas se inspiran en el Frente de Trabajadores de la Cultura de Nuestra América, fundado a principios de los años setenta por Augusto Boal, Enrique Buenaventura (Colombia), Atahualpa del Cioppo (Uruguay) y otros nombres importantes del teatro latinoamericano. Actualmente funcionan nueve escuelas en Brasil, Argentina, con conexiones en México, Uruguay y España, que articulan movimientos sociales, grupos profesionales de teatro y universidades. Estas escuelas también han desempeñado un papel importante en la reciente coyuntura política.
La acción teatral desarrollada por el MST, principalmente en los últimos veinte años con la Brigada Nacional de Teatro Patativa do Assaré, constituye una experiencia de gran significado por haber logrado que centenares de campesinos, en su proceso de organización y lucha por la reforma agraria, incorporaran el arte y la cultura como parte de sus conquistas y de sus proyectos para la sociedad, convirtiéndose también en creadores de diversas formas teatrales e intervenciones escénicas. Una apropiación de la tradición teatral que superó el concepto de obra cerrada, estableció contactos con sectores de la población históricamente privados de acceso a los bienes culturales tradicionales, estimuló entre los trabajadores y trabajadoras una profunda reflexión sobre las dimensiones estéticas y culturales de sus luchas y existencia, y contribuyó a la profundización y desarrollo de la cultura política emancipadora propuesta por el MST.

El autor : Douglas Estevam es miembro del Colectivo Nacional de Cultura del MST y de la coordinación nacional del Frente de Teatro Patativa do Assaré – MST. Trabajó con Augusto Boal en el proceso de formación que el
CTO emprendió con el MST.

Traduccion al castellano: Thierry Deronne

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